Del
libro de Isabel Solé “Estrategias de lectura” he escogido leer el capítulo 5 “para comprender…antes de la
lectura”.
Primero
de todo me gustaría explicar porqué he escogido este capítulo. Pues bien,
porqué cuando hablamos sobre educar la comprensión lectora de un alumno, la
mayoría de veces nos viene a la cabeza aquello que el alumno debe ser capaz de
hacer durante la lectura (entonación, fluidez, compresión de
vocabulario,…) y una vez acabada esta (responder adecuadamente las preguntas
formuladas por el profesor, hacer un dibujo de aquello que más le ha
gustado,…). Pocas veces prestamos atención a aquello que el alumno debe llevar
a cabo antes de la lectura y que considero de especial importancia, y en gran
parte responsable del resultado final del proceso lector del alumno.
Antes
de dar mi opinión sobre aquellas estrategias lectores que se aconsejan llevar a
cabo antes de la lectura, me gustaría compartir algunos aspectos que he
considero relevantes destacar en esta reflexión:
- Tener muy presente que leer es ante todo
una actividad voluntaria y placentera, aspecto que se debe considerar
cuando se diseñan estrategias y técnicas para trabajar la comprensión lectora
de nuestros alumnos.
- Que el alumno sea consciente y valore la lectura
como un instrumento de información y de disfrute personal.
- Para poder transmitir el gusto por la lectura, este
se debe sentir realmente sino es muy difícil.
- Es interesante ir combinando diferentes técnicas
de lectura en el aula: individual, compartida, silenciosa, expresiva,…
- La lectura tiene que ser significativa para los
alumnos, tiene que tener unos objetivos claros y cercanos a su realidad.
-
Para que un alumno encuentre interesante aquello
que va a leer, se deben promover retos que el alumno pueda alcanzar, leer una
temática familiar para el alumno, de la cual tenga conocimientos previos que le permitan construir un significado adecuado.
- Evitar situaciones de lectura poco motivadoras en
el aula donde la profesora empiece: “ahora
vamos a leer un fragmento de texto cada uno en voz alta y después os haré
preguntas relacionadas”. Estamos delante de una situación muy poco
motivadora para el alumno y con muy pocos objetivos educativos.
- Se debe cuidar mucho la relación que el alumno
empieza a establecer con la lengua
escrita. Considero interesante que el alumno pueda ver y ser consciente que la
gente que le rodea lee y escribe a todo momento, hecho que les permite
informarse, comunicarse, aprender y que él sea capaz de valorar este hecho.
Como
bien nos dice Isabel encontramos dos tipos de objetivos que se dan básicamente
en las aulas. Uno de ellos es la lectura en voz alta y considero, estando
totalmente de acuerdo con Isabel, que la lectura en voz alta en el aula puede
llegar a transmitir al lector novel una imagen y una sensación de lo que es el
mundo de la lectura muy alejada a la realidad. Por otra parte, este tipo de
lectura no permite, más bien dificulta, el entreno de la comprensión lectora
del alumno. En este tipo de situación, estamos trabajando la entonación, el
ritmo, la fluidez, en definitiva dicho rápido “que quede bonito”. Entonces
supongo que todos estaremos de acuerdo en que no es lógico hacer preguntas de
comprensión al alumno que acaba de realizar una lectura en voz alta en medio de
la clase.
Otro
objetivo que se persigue en las aulas es evaluar la comprensión lectora de los
alumnos una vez han leído un determinado texto. Se les plantean una serie de
preguntes para que las respondan. Los alumnos ante esta actividad, presente en la gran mayoría de las aulas, hace que lean el texto únicamente con el objetivo de ser
capaces de responder a esas dichosas preguntas. Creo que en el aula se deben
diversificar las actividades que llevamos a cabo para determinar la comprensión
lectora de nuestros alumnos. Además creo más interesante y sugerente que estos
dos últimos objetivos, conseguir que el aula sea un espacio agradable para la
lectura y que se respire en el ambiente el placer de leer.
Referente
a aquellos aspectos que se deben cuidar antes de iniciar la lectura considero
relevante destacar y reflexionar sobre los siguientes:
-
Un buen lector no lee igual todos los textos. No
leemos igual cuando leemos por placer que cuando leemos para informarnos o para
realizar un trabajo. Se usan estrategias distintas cuando los objetivos de la
lectura son distintos. Los alumnos deben de ser capaces de identificar los objetivos de
la lectura antes de empezar a leer y seleccionar
las estrategias más adecuadas para alcanzar dichos objetivos.
- Aspectos que ayudarán al alumno a la comprensión
del texto son: la activación de conocimientos
previos del alumno. Introducir el tema al alumno, relacionar el tema con un
aspecto de este que sabemos que conoce. También es muy interesante establecer predicciones, hipótesis
sobre aquello que se va a leer. Para ello es necesario arriesgarse, aventurarse
a exponer una situación, una idea, y el mejor clima para ello, es un aula donde
el alumno no tenga miedo al error y al qué dirán. Entonces es importante que el
aula sea un espacio de seguridad, agradable, donde el alumno no tenga miedo a
arriesgarse.
- Es conveniente que los alumnos expongan en voz
alta, compartiendo con el resto de la clase los conocimientos previos que se
tienen sobre el tema del texto que va a ser leído. Que no sea solo la profesora
la que introduzca o presente aspectos de la lectura. Esto les permite asumir un
papel activo en su aprendizaje.
- Otro aspecto que nos comenta Isabel y que
considero interesante resaltar como actividades previas a la lectura, es el
hecho que los alumnos se planteen
preguntas en torno al texto que van a leer. Esto será un objetivo más que
les mantendrá motivados durante la lectura y ayuda a la comprensión. La mayoría
de veces son los profesores que pasan un listado de preguntas a los alumnos
para que las respondan. Pienso que es mucho más interesante que sea el propio
alumno capaz de formular preguntas coherentes y adecuadas sobre el texto que va
a leer. Eso sí, para llevar a cabo esta actividad, debe haber antes un proceso
de modelado. Soy consciente que esto implica más trabajo para el profesor que el
hecho de repartir un dichoso folio con preguntas, pero a la larga los
resultados que se obtienen son mucho más gratificantes.
- Tanto las predicciones como las preguntes sobre
un texto, deben hacerse de forma contextualizada, evitando generalizaciones de
ellas. Cada tipología de texto invita a
hacer unas predicciones y unas preguntas determinadas. El alumno deberá fijarse
en como el profesor construye y formula distintas tipologías de preguntas
dependiendo del texto que tiene delante, para así poderlo hacer él de forma
autónoma y convertirse en un lector con un papel activo.
Me
gustaría acabar añadiendo que si como docentes, donde uno de nuestras labores
más importantes es educar, guiar y orientar el proceso lector de nuestros alumnos, le damos
poca importancia, dedicando poco tiempo a este espacio de antes de la lectura…,
estaremos decapitando una parte esencial para llegar a hacer de nuestros
alumnos auténticos lectores activos y críticos en el marco de la sociedad actual.